VINO Y ACEITE EN EL PRIORAT:

La trilogía mediterránea es actualmente muy popular y está muy difundida por el mundo. Tenemos la suerte que durante siglos, en este país hemos estado siguiendo esta tradición agraria y alimentaria y que nuestro clima mediterráneo ayuda a dar sus mejores frutos. Lugares como el Priorat son privilegiados porqué en esta comarca de menos de 10.000 habitantes se conrean productos excelentes y dos de ellos son parte de esta trilogía. Estos productos son el vino y el aceite, altamente cualificados y apreciados tanto a nivel regional como estatal. La DOQ Priorat -para el vino-, sólo tiene en toda España otra DOQ con la que competir, la DOQ Rioja. Y La DO Siurana -para el aceite-, pese a que tiene más competidores en el territorio peninsular, tiene su punto fuerte en la variedad de oliva que se conrea, la arbequina -oliva catalana por antonomasia-, una de les más apreciadas en España por su sabor suave y afrutado.

EL VINO

Hasta hace unos años se creía que el vino fue introducido en Cataluña por los griegos, a través de su primera colonia, Emporion (siglo VI a.C.). Gracias a las últimas evidencias arqueológicas, parece ser que los íberos fueron los responsables de las primeras producciones vinícolas en el territorio peninsular. Por otro lado, lo que es bastante seguro es que los griegos ayudaron a depurar las técnicas de producción de los indígenas. Más tarde, los romanos, después de su llegada (siglo III a.C.) y sobre todo, después de dejar bajo control político y militar la Península Ibérica (Hispania) extendieron el conreo de la vid por todo el territorio, especialmente en la Tarraconense (sobre todo en las actuales provincias de Tarragona y Barcelona). Con la llegada del cristianismo, y concretamente en su auge, entre los siglos III y IV d.C. el vino ganó aún más protagonismo. Incluso con la dominación visigoda (siglos V al VIII) el vino tenía cierta importancia y sólo con la llegada del Islam se frenó su expansión e incluso remitió ostensiblemente su cultivo, ya que la religión musulmana prohibe su consumo. Sólo en los condados del norte de Cataluña, dominados por los francos a finales del VIII se empezaron a replantar vides y a partir de ese momento, serán las órdenes religiosas católicas, y concretamente los monjes benedictinos en un inicio y posteriormente cistercienses y cartujanos, los que se encargaran de extender la vid a medida que se iba ganando territorios a los reinos taifas -reinos musulmanes-.

En el caso del Priorat, este renacer del vino y la vid, viene de la mano de los cartujanos y concretamente de aquellos que crearon el monasterio de Scala Dei, donde se crearía la primera gran bodega de la zona. Aquellos cartujanos también daron el nombre a la zona: el Priorat. Este territorio estaba dominado por el prior del monasterio (una especie de vice-presidente del monasterio, después del abad, el presidente, el más poderoso). No obstante, la historia no acaba aquí. Durante siglos, desde el siglo XI hasta el XVIII su historia evoluciona lentamente, no obstante este producto ya se parecía más a el vino joven que tomamos hoy en día que al vino griego y romano aromatizado con hierbas, miel y algo aguado. Con la llegada del comercio de las Américas, sobre todo a partir del siglo XVIII, las cosas cambian; los vinos del Priorat y de muchos lugares de Cataluña sirven para hacer aguardientes y subir la graduación de los vinos bordeleses (los vinos del Priorat eran conocidos por su alta graduación). A finales del siglo XIX, la tragedia llega a los campos de Europa, la filoxera (una mosca de origen americano que pone sus huevos en las raíces de las vides y de las cuales sus larvas viven succionando su saba y matando a la planta) aparece en el viejo continente y destruye más del 90 por ciento de las vides.

Después de una dura lucha y gracias a las cooperativas agrarias creadas por toda Cataluña, el sector se recuperó -ya entrado el siglo XX-. A mediados del siglo XX llegó otro enemigo del vino: el menosprecio. Los nuevos hábitos alimentarios, provenientes básicamente de EEUU, aportaron nuevas bebidas que la gente joven empezó a consumir en grandes cantidades: Coca-cola, Fanta y cerveza. El vino del Priorat en los años 60 y 70 estaba en peligro de muerte. No obstante, algunas personas creyeron en él, tanto algunos que eran de la tierra, como otros, que eran un tipo de gurús hippies que vinieron de otras zonas de Cataluña, España o el mundo tales como Réné Barbier, Álvaro Palacios, José Luis Pérez, Charlotte y Chrsitopher Cannan y Daphne Glorian. En este momento llegó el renacimiento del Priorat. Todo este nuevo movimento comenzó hacia el año 1989. Primero fueron Álvaro Palacios y René Barbier que apostaron por Gratallops, el epicentro del nuevo Priorat -como para el viejo era Scala Dei- comprando uva a otros viticultores y introduciendo variedades internacionales o francesas como cabernet-sauvignon, merlot o syrah. Una botella de l’Ermita (d’Alvaro Palacios) se llegó a vender por más de 1.000 dólares en Christie’s, la casa de subastas de Nueva York, y eso fue tocar el cielo para el Priorat. Con el desarrollo de la ecología se fue tomando consciencia que nos debíamos adaptar a la tierra. Por eso desde finales de los 90 y principios del nuevo milenio, se ha intentado incorporar e incluso rescatar variedades autóctonas, tales como la garnacha y la cariñena en el Priorat. Hoy en día, las variedades internacionales conviven con las locales y se hacen coupages excelentes. El vino en el Priorat normalmente es crianza, el cual reposa en barricas de roble francés durante un año o algunos más, cosa que ya fue sugerida por Álvaro Palacios y el Réné Barbier y fue lo que hizo subir la fama de este vino. El futuro está sin duda las dos variedades locales nombradas anteriormente, que es aquello que da carácter y personalidad a los vinos de la comarca, a parte de sus suelos de licorella, la pizarra de la región. Por otro lado, el futuro es prometedor porqué está en buenas manos. Los viticultores trabajan por el bien de la DOQ. Hay muchos nombres y mucho amor en esta comarca: Salvador Burgos y Conxita Porta en Poboleda, Marco Abella y su mujer, Olívia en Porrera, August Cèlio en Gratallops… Hay fantásticas fiestas y festivales para descubrir la zona y nos encanta visitarlas, especialmente la Festa de la Verema a l’Antiga de Poboleda, celebrada normalmente el primer o segundo sábado del mes de septiembre. Allí, a demás de hacer la vendimia y pisar la uva, hay más de veinte bodegas de la DOQ ofrecen sus vinos hasta el ocaso.

EL ACEITE

El aceite sigue una senda parecida… Los griegos lo introdujeron y los romanos expandieron los olivares. No tiene serias interrupciones en su historia ya que no supone una barrera alimentaria, al contrario, es un elemento integrador. Con la llegada del islam incluso se expande de nuevo, sobre todo en el sur de España y Cataluña, quizás es por eso que la mayoría de las cinco DO de aceite en Cataluña están en el sur del condado: Siurana, les Garrigues, Oli de la Terra Alta, Oli del Baix Ebre-Montsià y en el norte sólo está la DO Oli de l’Empordà. En el Medioevo, en los territorios tradicionalmente cristianos se solía consumir manteca de cerdo en vez de aceite. No obstante y como comentábamos anteriormente, la historia del olivo en España y concretamente en el Priorat, la DO Siurana, ha sido más tranquila y constante que la de la vid. Los tradicionales molinos de aceite, con la prensa hidráulica o animal, han dejado paso a máquinas de selección y las que hacen una pasta de olivas de la cual sale el aceite. Hay tres tipos de aceites de calidad: el extra virgen, el virgen y el aceite de oliva y la mayoría del aceite de esta DO, la Siurana, es de la primera categoría, el cual posee todas las propiedades organolépticas (aroma, sabor…) y una acidez, dulzura, amargura y picor características de sus olivas. La variedad más corriente y conocida en Cataluña es la arbequina (a la DO Siurana en supone un 90% del total) pero también está la rojal y la morruda en la comarca y en el resto de Cataluña la corbella, la corivell, la verdal… Hacia los meses de noviembre y diciembre es cuando se celebran las fiestas del aceite por toda Cataluña y el Priorat. Nosotros tuvimos la suerte de visitar este año la de Bisbal de Falset y nos encantó. ¡Anímate a visitarla!

Cereales

Los cereales no están tan presentes en el Priorat como en otras regiones, para aprender sobre ellos y el proceso de producción del pan y de las cervezas debemos ir a la Cataluña central, concretamente al Bages ¡Pero esto será en el siguiente Blog! ¡Gracias por seguirnos y hasta pronto!